martes, 31 de julio de 2007

La justicia de los opulentos.



Donde quedaron aquellos ladrones de guante blanco que con picardía engañaban a los investigadores, ahora los ladrones ejercen desde despachos donde, con su ordenador y su móvil, roban y asesinan con total impunidad, destrozan los recursos de los países sólo por ganancias, fomentan la pobreza y la incultura y sólo piensan en los beneficios de los beneficios por y para los beneficios.

No dice alguna ley que al localizar un almacén donde un ladrón acumula sus botines esta será cerrada, los ladrones detenidos y las mercancías decomisadas por las autoridades, si existe esa ley ¿cómo es que existen los paraísos fiscales?, donde cualquiera que consigue beneficios saltándose las reglas puede almacenar el producto de sus desmanes de forma segura e inaccesible.

Ya se va acabando el petróleo y la nueva moda es el biocombustible, la gente no tiene comida pero se cultiva palmera aceitera o soja o cualquier cosa que sirva para hacer funcionar un motor y como siempre que actúan estas empresas (las dedicadas a la energía) hay víctimas, se desplazan poblaciones para aprovechamiento de terreno con consecuencias a veces nefastas pues los nuevos emplazamientos están en el camino de la riada o quedan sepultados bajo corrimientos de tierra.

Los daños ecológicos son evidentes, se destruyen selvas y bosques con el fin de hacer monocultivos tratados químicamente, el número de especies que logran adaptarse a este nuevo entorno es realmente escaso, sobre todo si se compara con el que antes había.

La evolución tendrá que echarnos una mano y cambiar nuestro estómago por un depósito.
Tass


Cuando las instituciones, los líderes sociales, los encargados de hacer justicia y los propios ciudadanos asumen sin pestañear que lo conveniente es crecer, aunque sea de cualquier forma, nadie puede luego extrañarse que a nuestro alrededor se multiplique la inseguridad, el desasosiego y el temor. Como dice José Manuel Naredo, el ser humano se ha erigido en el vértice de la pirámide de la depredación planetaria. Y eso significa que depredamos a nuestros congéneres y nos destruimos a nosotros mismos.

Juan Torres López, Comité de Apoyo de Attac, Rebelión



Entrevista al Premio Nobel de medicina Richard J. Roberts
El"fármaco que cura del todo no es rentable"
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=54326
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CAMBIO CLIMÁTICO
La cara siniestra de los biocombustibles: Horror en la "California Brasileña"http://www.globalizate.org/biocc010807.html

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